domingo, 16 de enero de 2011

El pacto Capítulo V

Al salir del restaurante, dejando atrás unos cuantos rumores sobre que había ocurrido, no pude evitar volver a tener esa sensación extraña.
Un escalofrío acompaño la sensación.
-No.-Dijo Lucius. Yo no había dicho nada.
-Ese es uno de los principales problemas.-Añadió sin parar de caminar, mientras yo tenía que seguirle cual estela.
-No entiendo lo que me quiere decir.-Dije mirándolo extrañado.
-Supongamos que un hombre descubre una cura para el cáncer.-Dijo de repente mirando hacia el frente.- Y para descubrirla ha tenido que experimentar con animales, personas. Y con esto se ha enriquecido.-Hace una pausa.-¿Es el hombre una mala persona, a pesar de enriquecerse con el sufrimiento de otros, a pesar de que aun así ha conseguido salvar millones de vidas?-Pregunta Lucius parándose en seco y por fin mirándome.
Yo no sabía realmente de que me hablaba. No sabía si creer que el hombre era cierto y desvariaba, o que era producto de mi imaginación y tambien desvariaba, lo que me deja a mi como un verdadero loco.
-¿A qué viene...?
-¡Contéstame! Por que este es tu problema.
-Pero es que a ver... no lo sé, el hombre se enfrentaría a lo que los juzgados declarasen.-Dije extrañado.
-¡Exacto! ¡Ese es tu problema! Piensas en lo que los demás van a pensar, dejándote influir por ello.-Dijo agitando un poco las manos.
-Este señor ha conseguido la cura. ¡El fin justifica los medios! Y tan solo unos pocos creemos plenamente en esto, por eso tan solo unos pocos somos ricos, poderosos y dichosos. ¡Es el no pensar en lo que dirán los demás lo que te convierte en algo distinto! ¡No la jodida gabardina!
El tema de la conversación había llegado de manera demasiado fortuita, no tenía argumentos con los que rebatirle y sinceramente tenía razón, claro que llevado a lo más extremo y radical que se pudiera llevar la idea.
-Lo dificil no es hacer dinero, lo dificil es vivir despues tranquilo con todo lo que has ganado.-Dijo recuperando la marcha con media sonrisa.
-Querido Harold, te acabo de dar el secreto de la fortuna y la felicidad humana. Todo placer es bienvenido, el fin justifica los medios.
-¿Quien es usted?-Pregunté con los ojos muy abiertos.
-Soy Lucius Santini, presidente y dueño (obviamente) de la "Only Santini's Corporation".-Dijo sin llegar a mirarme.
-Pero eso ya lo sabías...-Me dijo Lucius con extraño tono satírico.
Cuando las farolas se habían encendido y la noche envolvía lo que prometía ser una madrugada llena de promiscuidad y ebriadez.
El señor Lucius y yo habíamos caminado, hablando sobre temas diversos que no tenían entre si ninguna relacion. Nada que me hubiera llamado tanto la atención como para relatarlo.
-¿Qué busca de mi?- Atreví a decir.
-Todo.-Me contestó de forma fría y monótona.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario